23.11.09

Sergio Gordo. Licenciado en Psicopedagogía: “Los profesores no están preparados para responder a las necesidades educativas especiales”


La ministra de Educación, Política Social y Deporte, Mercedes Cabrera, anuncio hace un tiempo, que el Gobierno está elaborando un plan de reactivación de la inclusión de los alumnos con necesidades educativas especiales (NEE). El licenciado en Psicopedagogía Sergio Gordo, intenta explicar esta iniciativa y sus objetivos.

-¿Es necesario este plan?
-Sí. En el sistema educativo general, hay que ser constante y tratar de mejorar siempre. Todo programa que actualice o potencie la formación de las personas es positivo.

-¿Cuál es el objetivo?
-Por un lado, trata de potenciar las medidas de atención a alumnos con NEE y fomentar su continuación más allá de la enseñanza obligatoria, especialmente Bachiller y Formación Profesional. Por otro, pretende que la formación del profesorado incorpore la atención a estas necesidades.

-¿Están los profesores poco preparados para atender NEE?
-Sí. En los estudios universitarios de Magisterio apenas reciben formación sobre esto. Además, el Curso de Adaptación Pedagógica (CAP), forma a licenciados en un tiempo límite y proporcionando una formación insuficiente. Si los profesores no están preparados, ¿pueden responder a las NEE de estos niños?

-¿Continúan su formación tras la educación obligatoria?
-Sí. Pero no se limita a Bachiller y FP. Para aquellos alumnos que no consiguen obtener el graduado en ESO, existen otros itinerarios formativos que alcanzan igual el objetivo principal de la enseñanza: conseguir alumnos competentes, que desarrollen la autonomía suficiente para acceder a la vida personal, social y profesional.

-¿Es conveniente fomentar estos itinerarios?
-Sí. Debería haber un plan de reactivación también para esto, porque es necesario potenciar la funcionalidad, trabajar aquellos aprendizajes que les proporcionen autonomía y sean transferibles a su vida cotidiana, algo que no siempre se consigue con estudios superiores.

-¿Por qué es tan importante esta funcionalidad?
-Como decía José Manuel Mancisidor en su libro Mi vida a través de las vivencias personales: “Cuando ven que no puedes atarte los botones de la camisa, deberían ofrecerte alternativas para ponértela. Actualmente, uso camisas de botones y, en mi caso, la alternativa es ponérmela por arriba, sin soltar los botones. ¿Qué es más importante?: ¿que el chaval aprenda a abrocharse los botones, aunque tarde horas en ponerse la camisa, o que en menos de 5 minutos pueda ponérsela él sólo?”.

-¿Y qué opina usted?
Que es más importante que aprendan a valerse por sí solos sin emplear demasiado tiempo.

30.9.09

La belleza: el reflejo de la confianza

Según un estudio realizado en la Universidad de Verona, los alumnos menos atractivos obtienen calificaciones más bajas que sus compañeros

Hace cuatro años, dos profesores de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Verona hicieron un estudio en el que compararon las notas obtenidas por centenares de jóvenes en exámenes escritos, corregidos por un profesor que desconocía la cara de los estudiantes. Llegaron a la conclusión de que los alumnos guapos sacaban mejores notas que los feos.

Según la psicóloga Cristina Ortiz, son muchos los autores que han estudiado la influencia del atractivo, especialmente en el ámbito laboral. Este estudio fue un intento más de contribuir en el debate sobre la beauty premium o prima de la belleza. Su objetivo fue demostrar que el efecto del atractivo en el rendimiento académico no es el resultado de la discriminación que ejerce el profesor, sino un atributo positivo que deriva en estudiantes participativos, activos y eficaces.

Para entender la importancia de la belleza, la psicóloga Ortiz recurre a los economistas de la Universidad de Harvard Mark Mobius y Tanya Rosenblat, que realizaron el siguiente experimento: reunieron a un grupo de gente y, por separado, les presentaron un problema complicado. Antes de resolverlo, les pidieron que predijeran cuánto creían que iban a tardar en hacerlo. Mientras tanto, un jurado evaluaba la belleza física de cada participante y comparaba los ejercicios de guapos y feos. Ambos grupos solucionaron el problema a la misma velocidad pero, sorprendentemente, los guapos aseguraron, antes de resolverlo, que lo podían terminar mucho más rápido.

Para Mobius y Rosenblat, las personas atractivas tienden a cobrar más en el mercado laboral, no porque haya discriminación sino porque la belleza es un reflejo de autoconfianza, atributo deseable en un trabajador, sobre todo en puestos de responsabilidad, gestión y liderazgo.

Sin embargo, Ortiz afirma que existen teorías que hablan de discriminación. Así lo refleja el estudio que realizaron Margaret Clifford y Elaine Hatfield. Dieron a profesores de quinto grado de Missouri idéntica información sobre un niño, pero unida a la fotografía de un chico guapo y uno feo. Los profesores percibieron al niño atractivo como más inteligente y con mejor rendimiento en la escuela.

Según la psicóloga Ortiz, el problema que plantea este resultado es la repercusión que esa percepción puede tener en el estudiante. Lo que Robert Rosenthal denomina “la profecía que se autocumple”. Ortiz explica que los profesores que tienen peores expectativas en torno al niño menos guapo, influyen en el rendimiento de este. Perciben al alumno como menos efectivo, menos capaz y le inducen a manifestar estas conductas en defensa propia, creándose así un círculo vicioso, un círculo que se autoperpetúa y que va más allá: si las personas menos atractivas no son valoradas ni favorecidas, no desarrollan esa autoconfianza que tanto se valora en el mercado laboral.

30.6.09

“Fomentamos la afectividad y el cariño porque a veces provienen de familias desestructuradas y pobres”


Actualmente los colegios españoles reciben cada vez más niños inmigrantes cuyas familias vienen a España en busca de trabajo y de una calidad de vida mejor a la que sus países de origen le proporcionan. Para comprender como viven estos niños la llegada a un nuevo lugar y el proceso de integración en una cultura diferente, Lourdes de Celis profesora de educación infantil del colegio Miguel Hernández, en Castro Urdiales (Cantabria), nos explica el proceso de adaptación que se lleva a cabo en su centro y nos acerca a una realidad cada vez más común.

Irene Gordo: ¿En torno a que edades se registra el mayor número de niños extranjeros?
Lourdes de Celis: Recibimos niños inmigrantes de todas las edades, desde los tres años hasta los once o doce en nuestro colegio, puesto que sólo cursamos hasta sexto de primaria.

I.G: ¿Cuáles son los lugares de procedencia más comunes?
L.C: Principalmente Rumania, Portugal y países sudamericanos como Colombia o Brasil. También hay bastantes niños de China y en menor medida de países de centro Europa, como Polonia.

I.G: Cuando niños inmigrantes llegan al colegio, ¿qué protocolo de adaptación o integración se lleva a cabo?
L.C: Una vez que el niño llega al centro, la orientadora y el director se entrevistan con los padres para conocerles. En caso de que fuera necesario se les pone en contacto con asistentes sociales, Cruz Roja, CARITAS… Posteriormente se reúne a padres e hijos para que conozcan el funcionamiento de colegio, las instalaciones, el aula, el tutor y los compañeros. Pero dependiendo de la etapa escolar en la que el niño se incorpore, el proceso de integración que se lleva a cabo es distinto.

I.G: ¿Cuál es la diferencia?
L.C: Cuando estos niños se incorporan en educación infantil o 1º y 2º de primaria, se les inserta directamente en el aula ordinaria, según les corresponda cronológicamente, pero de una forma progresiva: los primeros días en torno a una hora y posteriormente se aumenta o mantiene el tiempo en función de la reacción del niño. Si su integración es positiva, el tiempo de estancia en el aula aumenta hasta alcanzar la normalidad. Si el niño muestra dificultades en la integración, por ejemplo, llorando mucho, permanece menos rato en el aula y su inclusión es algo más lenta.
En primaria, sin embargo, la profesora de educación compensatoria hace un estudio de las características del niño: su edad, sus conocimientos, su nivel educativo… En función del resultado de este examen se procede a incorporarle en la clase correspondiente, generalmente en sintonía con sus conocimientos más que con la edad, ya que la mayoría de estos niños presentan un desfase curricular notable con respecto al resto de compañeros. Además de acudir al aula ordinaria que les corresponde, estos niños son atendidos en el aula de educación compensatoria en sesiones de aproximadamente tres horas semanales y en aquellos casos en los que el desfase educativo sea de dos años todos los días una hora por la mañana, evitando siempre abandonar el aula ordinaria en las asignaturas de especialistas (música, gimnasia, inglés) puesto que fomentan la socialización, uno de los objetivos principales en la integración del niño.

I.G: ¿Qué tipo de actividades se llevan a cabo en el aula de educación compensatoria?
L.C: Principalmente se atiende a la enseñanza del idioma castellano y de conceptos básicos como la lecto-escritura o las matemáticas. Se intenta familiarizarles con la cultura y costumbres españolas y que compartan y comparen sus costumbres con las de aquí. A través de este tipo de ejercicios se trabaja el vocabulario y la exposición oral, así como contenidos de aspecto social que les ayuden a integrarse en los hábitos nacionales. También se fomenta mucho la afectividad y el cariño porque a veces provienen de familias desestructuradas y pobres.

I.G: ¿Cómo se integra a los niños inmigrantes en el aula ordinaria?
L.C: En educación infantil, que es el ámbito en el que trabajo, la incorporación es directa y progresiva durante al menos dos semanas, aunque la mayor parte de los niños no necesitan tanto tiempo de prueba porque en seguida se relacionan con el resto de compañeros. Para que el niño se integre y se adapte lo antes posible a la dinámica de la clase lo primordial es fomentar su socialización, así como el conocimiento del castellano. En educación infantil no es difícil puesto que el resto de niños les tratan como a uno más y les hablan constantemente aunque no lo entiendan. Los profesores también promovemos constantemente la comunicación con ellos y la comprensión de lo que se les comunica, así como la transmisión de cariño y confianza. Si en el aula hay otros niños de su misma nacionalidad se intenta que se ayuden entre ellos, que se expliquen aquello que no entienden.

I.G: Antes ha comentado que en el aula de educación compensatoria se les enseña la cultura y costumbres españolas y se les insta a hablar sobre la cultura de su país. ¿Se intenta integrar las costumbres de sus países de origen también en el aula ordinaria?
L.C: Sí. Aunque no se dedica tanta atención como en el aula de educación compensatoria, porque no existe tiempo material para atender de forma exclusiva a cada alumno, ya sea nacional o extranjero, se intenta que el niño transmita conceptos de su país. El primer día, por ejemplo, se dedica un tiempo a conocer el país del que procede, localizarlo geográficamente en el mapa y aprender palabras sencillas (hola, adiós, gracias…) en su idioma. Durante el curso, nos explica como son las actividades que realizamos en la clase (recetas de cocina, noticias de periódicos, canciones, celebraciones, religión…) en su país, para que las compare con las españolas y para que el resto de compañeros conozcan las costumbres de otros lugares. Por ejemplo, ahora con motivo del carnaval se insta al niño a que explique como se celebra esta festividad en su país.

I.G: Usted ha dicho que el niño comparte con la clase sus costumbres, cultura y religión. En el caso de inmigrantes con una religión diferente a la católica, ¿acuden a las clases de esta asignatura?
L.C: Normalmente los padres prefieren que no asistan, aunque este año me he encontrado con una excepción: una familia católico-ortodoxa que permite que su hijo se quede en el aula durante la clase de religión porque son creencias similares.

I.G: En el resto de actividades (excursiones o celebraciones), ¿participan con normalidad?
L.C: Sí, a excepción de la religión, en el resto de actividades los padres quieren que participen.

I.G: ¿Cómo reaccionan estos niños inmigrantes cuando llegan por primera vez al colegio?
L.C: Los niños que proceden de países con calidad de vida inferior a la española, por ejemplo rumanos, y que nunca han estado escolarizados, se muestran sorprendidos al descubrir la escuela, que se presenta como algo atractivo y motivador para ellos.
En educación infantil, los primeros días están callados, atentos y observadores. No participan demasiado en los juegos y actividades porque se mantienen en una posición expectante. Con el paso de los días poco a poco se animan y comienzan a jugar con sus compañeros en el patio y en el aula. Durante los primeros meses a penas hay comunicación verbal pero se relacionan con total normalidad con el resto de alumnos. Transcurridos dos o tres meses se produce como una explosión repentina y comienzan a hablar y repetir palabras.

I.G: Apunta que durante los primeros meses apenas hay comunicación verbal. ¿Utilizan los gestos para comunicarse?
L.C: Sí, utilizan de todo: gestos, sonidos, dibujos… A veces no expresan lo que les ocurre o no lo saben transmitir y los profesores les entendemos más por intuición que porque traten de explicarse. Intuimos cuando les pasa algo y a través de preguntas tratamos de dilucidar que es lo que les ocurre. Pero generalmente cuando lo necesitan acuden a nosotros y piden ayuda.

I.G: Cuando llega un niño inmigrante a la clase, ¿se le comunica al resto de escolares?
L.C: Sí, se les informa de su futura incorporación y se les explica que no entiende el idioma castellano y que hay que ayudarle, jugar con él, hablarle y explicarle las actividades que se desarrollan en el aula.

I.G: ¿Cómo le tratan sus compañeros?
L.C: Le tratan como a uno más y se dirigen a él como tal, sin reparar en que pueda o no entenderles. Le invitan a jugar, le hablan, le ayudan en las actividades, le explican y las niñas especialmente se esmeran en integrarles en la dinámica de la clase.

I.G: Hasta ahora hemos hablado de la adaptación de los niños inmigrantes a un nuevo país y un nuevo colegio, pero también es importante integrar a los padres en el ámbito educativo de sus hijos. ¿Cómo lo hacen?
L.C: Intentamos que la relación con ellos sea la misma que con los padres nacionales y les ofrecemos todo tipo de ayudas económicas y sociales si las necesitan. Pero por lo general no responden como se espera, porque tienen un concepto diferente de la educación, que generalmente ocupa un segundo plano entre sus inquietudes, siendo el encontrar trabajo o vivienda sus mayores preocupaciones.

I.G: ¿A qué se refiere cuando dice que no responden como se espera?
L.C: No suelen acudir a las reuniones, no muestran demasiado interés por la educación de sus hijos y no son muy participativos. Obviamente y como en todo, hay familias inmigrantes que se preocupan mucho, se interesan y te valoran como profesional.

I.G: ¿Existe relación entre padres inmigrantes y padres nacionales?
L.C: Por lo general tienden a agruparse por nacionalidades y es habitual que los inmigrantes que proceden de un mismo país se conozcan entre ellos y se ayuden.
A veces sí se relacionan con padres nacionales pero lo habitual es que se agrupen en función de su lugar de origen.

I.G: ¿Y entre inmigrantes de distintas nacionalidades, por ejemplo, entre rumanos y sudamericanos?

L.C: Ocurre lo mismo. Puede darse algún caso pero lo normal es que no se relacionen entre inmigrantes de distinta nación.

I.G: ¿Alguna anécdota?
L.C: Bueno, quizá para ilustrar un poco en que condiciones llegan algunos niños, sobre todo rumanos, hubo un caso de un niño de Rumania que el primer día que se quedó al comedor no concebía que pudiese comer un primer plato, un segundo y el postre. La monitora le tuvo que explicar que aquella comida era toda para él y el niño se mostró asombrado y muy contento. Ese día el postre era chocolate y fue la primera palabra que aprendió a decir.

17.6.09

Piratas de Somalia


Lo que bien podría ser el título de una película de aventuras, es hoy la referencia a los protagonistas de actualidad. Y es que los asaltos pirata que miles de veces hemos visto en cine y televisión se están convirtiendo en una práctica habitual en aguas somalíes. Piratas sin pata de palo pero con pistolas, que haciendo provecho de todo lo que el mar ofrece, han encontrado en el secuestro expres una fuente de dinero mejor que la pesca. Empezaron por abordar fragatas y han terminado por secuestrar yates e intentarlo con ferrys turísticos.
Mientras tanto las fuerzas especiales para combatir la piratería investigan los sucesos y buscan pistas para atajar los secuestros y evitar que se repitan. Algunos piensan que se está tardando mucho en paralizar este asunto. Es que el mar es muy grande.

12.6.09

Simplemente bonito


Título del libro: Juntos, nada más
Autora: Anna Gavalda
Traducción: Isabel González-Gallarza
Editorial: Seix Barral Colección: Biblioteca Formentor Número de páginas: 543 Precio: 21 €

Anna Gavalda nace en un suburbio de clase alta de París en 1970. En 1992 gana el Premio France Inter con “La carta de amor más hermosa”. Mientras trabaja como periodista, una colección de sus historias cortas es publicada, con el título de “Quisiera que alguien me esperara en algún lugar”. Tiene gran éxito de crítica y ventas (700.000 ejemplares sólo en Francia) y se traduce a diecinueve idiomas. Como reconocimiento a su potencial, gana el premio del Grand Prix RTL-Lire en el año 2000. Su novela “La amaba” la consagra a nivel internacional al ser un éxito de ventas en 21 países. Ese mismo año publica la novela juvenil “35 kilos de esperanza”, que escribe para rendir tributo a algunos de sus estudiantes. En 2004, publica “Juntos, nada más”, un canto de optimismo y esperanza que también arrasa internacionalmente. Hoy en día es una de las escritoras francesas más leída.

En su obra “Juntos nada más”, Anna Gavalda nos relata de manera ligera, alegre y sensible la historia de cuatro personas solitarias con pasados tormentosos, cuyas vidas se encuentran casi por azar, para darles la fuerza y los motivos suficientes por los que seguir adelante.

Camille, Philibert, Franck y Paulette son los protagonistas de “Juntos, nada más”, una novela que narra sus dramas personales de forma sencilla, sincera y humana.

Camille es una joven casi anoréxica, que ha abandonado la pintura y a su familia y que trabaja limpiando oficinas.

Philibert es un aristócrata enamorado de la Historia, despreciado en su núcleo familiar, y muy tímido, en parte debido a su tartamudez y baja autoestima.

Franck es un cocinero de carácter difícil, un joven brusco y grosero que vive torturado por la culpa de abandonar a su abuela en el asilo.

Paulette es una anciana tierna y frágil que representa la degeneración tanto mental como física que produce la vejez.

Aunque Camille es el personaje principal, los demás también tienen un papel importante en la obra y consiguen llegar por igual al corazón del lector. Y es que a través de los grandes diálogos que inundan el libro, esta magnifica autora consigue hacer de los personajes seres creíbles, cercanos y conmovedores.

Además, Anna Gavalda nos transmite con precisión las diferentes situaciones que se producen en el relato, recurriendo a descripciones detalladas de lugares, pensamientos, sentimientos, situaciones y ambientes que transportan al lector, no solo a los escenarios en los que se mueven los personajes, sino también a la mente de los mismos.

Es una historia que evoluciona manteniendo el interés y la curiosidad por seguir conociendo a los protagonistas, sus encuentros y las situaciones a las que se van enfrentando juntos. El ritmo es ágil y pese a su extensión, es una obra que se deja leer de un tirón.

Se trata de un libro que emociona y satisface por el simple hecho de leer algo bonito. Y es que parece que todos los libros deben ser intrincados y filosóficos para que sean buenos y a veces, como en esta ocasión, una historia hermosa que termina bien, es lo que más llena.

10.6.09

Les tocó perder


Es una cruda realidad que en España hay cada vez más gente pobre por la crisis económica que asola medio mundo. Pero es más crudo saber que hay personas que pueden ayudar y no quieren.

Los medios de comunicación, y en especial la televisión se hace, cada vez más, eco de este problema, mostrándonos a menudo las duras imágenes de la pobreza que de más cerca nos toca. En nuestras propias ciudades y a pocos kilómetros de nuestras viviendas el hambre y las desgracias se ceban con personas que la mala suerte ha envuelto en la miseria más absoluta.

Muestra de ello son los llamados “rebuscadores”, personas que se agrupan a las puertas de las grandes superficies, hurgando en los contenedores en busca de comida.

“Siempre los ha habido”, dirá alguien cargado de razón. Y está en lo cierto. Pero ahora han aumentado. Son brigadillas de perdedores, de fracasados, que crecen día a día, a la par que descienden los valores en Wall Street y baja el Ibex.Llevan años así, a la espera de que algún gobierno algún día decida qué hacer con ellos.
Y mientras tanto, tendrán que seguir vendimiando en los cubos de basura cuando se cierren las puertas de los supermercados.

Les tocó perder, eso está claro. Todo lo contrario que a los ejecutivos: esos que prefieren destruir la comida, o enviarla directamente al vertedero, antes de que llegue a manos de estos mugrientos individuos que se arremolinan en los alrededores de sus locales estropeando la postal idílica de su comercio. O esos otros que inventaron las hipotecas basura y los créditos 'subprime', y que nos piden ahora ayuda para que el sistema no se derrumbe y el mundo no termine haciendo gárgaras. Han originado el cataclismo en las Bolsas y sembrado el miedo en pensionistas y pequeños ahorradores, y nos piden ayuda, porque sin ellos -nos dicen- nos veremos obligados a alistarnos en las filas de los que escarban, buscando pan, entre desechos.

Y estando en esa situación, sus amiguetes, los ejecutivos de la grandes superficies, no nos ayudarían, porque antes de donar toda esa comida en buen estado ha Comedores Sociales o Bancos de Alimentos, antes que ayudar a toda esa pobre gente, que bien podríamos ser nosotros, prefieren destruirla.

Que no pidan ayuda los que no saben dársela a quienes realmente la necesitan.

Gonzalo Portugal, músico aficionado: “Lo más difícil es ser reconocido musicalmente entre los de tu propio gremio”

Gonzalo Portugal es un joven músico de 25 años que vive en Barakaldo (Bizkaia). Forma parte del grupo de rock “Last Fair Deal”, del cual es vocalista, guitarra acústica y guitarra eléctrica. La banda está formada por otros tres jóvenes de entre 23 y 25 años que, además de estudiar o trabajar, dedican su tiempo libre a tocar en un grupo que surgió hace ya tres años como proyecto paralelo a los grupos en los que en aquel momento tocaban. Estos cuatro muchachos buscan un hueco en el sector musical, un mundo que, según afirma Gonzalo, “goza de buena salud”, pero plantea un problema: “La gente en general desconoce la música de verdad y sólo conocen "productos" promocionados por las grandes compañías. Lo cierto es que detrás de todo eso hay un montón de corrientes culturales llevándose a cabo en estos momentos y que son totalmente desconocidas para la mayoría. Sólo se promociona lo que se sabe de antemano que va a ser rentable así que no dejan elección a la gente”.
Hoy conocemos las opiniones y sentimientos de Gonzalo, que nos ofrece un punto de vista musical a tener en cuenta.



Lo primero de todo, ¿por qué elegisteis el nombre de “The Last Fair Deal?
El nombre es el título de una canción de Robert Johnson, el primer gran intérprete de la guitarra blues de los años 30, a partir del cual se cimentaron las bases del blues tal y como se conoce hoy en día. Es uno de nuestras principales influencias.

Aunque para vosotros Last Fair Deal surgió como una afición, ¿pensáis en la posibilidad de poder vivir de ello?
Ójalá, pero este es un negocio muy duro y con mucha competencia, aunque nos esforzamos para ello.

En general el mundo musical actual es un lugar prácticamente inaccesible para grupos amateurs como el vuestro que nacen con ilusión y fuerza, pero en quién nadie confía. ¿Qué es lo más difícil?
Quizás lo más difícil es que te reconozcan los de tu propio gremio. Como te decía antes hay que trabajar duro y tener fe en lo que haces.

Hasta el momento tenéis una maqueta con cuatro canciones: “Gospel”, “So Loud”, “All Around” y “Rock me baby”, de las que podemos disfrutar en vuestro MySpace (http://www.myspace.com/lastfairdealband). Canciones cargadas de rock clásico, blues y R&B (rhythm and blues, conocido también como "música negra norteamericana"). ¿Cuál es la que más te gusta y por qué?
La que más me gusta es “Góspel”. Creo que de momento es la canción en la que más transmitimos. Supongo que todavía estamos algo verdes en el tema compositivo y en esa ya nos empezamos a soltar.

Soléis ensayar y componer en un viejo edificio industrial en Deusto (Bizkaia). ¿Qué inspira vuestras canciones?
Esta es una pregunta típica pero difícil de contestar porque no siempre las canciones vienen igual. A veces es una melodía que tienes en la cabeza, la desarrollas y luego le pones letra. Otras es la letra primero y luego la melodía. Aunque te puedo decir que a mí son las mujeres y los recuerdos lo que más me inspira a la hora de componer.

¿Cuál es la mejor recompensa de este trabajo?
Aunque suene típico el mayor premio es un público entregado y eso nosotros sí lo hemos podido disfrutar.

Aún no os habéis atrevido a participar en ningún concurso de grupos musicales, que quizás os sirva de plataforma para lanzaros de una forma más fuerte al sector. ¿Por qué?
Aún estamos en proceso de lo que sería nuestro primer disco y creemos que primero hay que tener buenos temas para poder aspirar a ganar algún concurso antes de intentar lucirse sin tener las cosas claras.