Este es el séptimo de los obejtivos de Desarrollo del Milenio de la ONU, que a mi parecer es de los más importantes. Si no se cuida el medio ambiente, sino se empieza a controlar toda la cantidad de gases contaminantes que expulsan muchas fábricas a la atmósfera, las consecuencias que este planeta se verá obligado a experimentar no se resumirán tan sólo a un cambio climático con temperaturas de hasta 20 grados en pleno otoño, sino que los agujeros de la capa de ozono serán cada vez más grandes, los rayos ultravioletas del sol cada vez más directos, todos los glaciares antárticos y atlánticos se desharán, el nivel del agua aumentará en un porcentaje altísimo, innumerables islas desaparecerán, muchísimas costa y playas serán tragadas por el mar… La Tierra tendrá que dejar de llamarse tierra y llamarse Mar puesto que el agua marina le ganará muchísimo territorio. Los cambios geográficos serán notables y por tanto la vida de los humanos cambiará notablemente.
Pero no solo eso, porque también nosotros lo seres humanos, con tanta explotación de nuestro planeta provocamos de forma indirecta todos eso fenómenos catastrófico que se llevan miles de vidas por delante. Me refiero a los huracanes, como el Catrina, a los terremotos que azotan Filipinas, al tsunami que se cobro tantas personas en Sri Lanka… Todos estos fenómenos no son más que la respuesta de un planeta cansado y cada vez más destrozado por la acción del ser humano. Y es que la desaparición de bosques, el petróleo, las explosiones en el mar para probar la potencia de armas nucleares… son acciones que provocan un gran resentimiento en la Tierra. Por algún lado tienen que desembocar las consecuencias de los actos malvados de los seres humanos.
Sino se actúa pronto, los resultados serán cada vez más devastadores y nuestro planeta acabará desapareciendo.
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